EL MECANISMO RESPIRATORIO PRIMARIO

Como verás en el diagrama, el límite del Mecanismo respiratorio primario está formado por la membrana dural y todas las estructuras que están ancladas firmemente a la columna vertebral. Es, en realidad, el núcleo del cuerpo, el núcleo de este sistema.

Sutherland enfatizó la importancia de  cinco aspectos interrelacionados con dicho mecanismo y que engloban el Concepto Craneosacral:

  1. LA FLUCTUACIÓN INHERENTE DEL LÍQUIDO CEFALORRAQUIDEO, es decir, la fluctuación del líquido cefalorraquídeo impulsado por el aliento de la vida.
  2. LA MOTILIDAD INHERENTE DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL o movimiento interno del cerebro y de la médula espinal.
  3. EL SISTEMA DE MEMBRANAS DE TENSIÓN RECIPROCA, que son las membranas que contienen al líquido cefalorraquídeo.
  4. LA MOVILIDAD DE LAS SUTURAS CRANEALES o movimiento libre de ellas.
  5. EL MOVIMIENTO INVOLUNTARIO DEL SACRO ENTRE LOS ILÍACOS.

Como mencionamos antes, el MECANISMO RESPIRATORIO PRIMARIO alude a las estructuras en el núcleo del cuerpo que están en conexión directa con las meninges.

El SISTEMA CRANEOSACRO incluye el MECANISMO DE RESPIRACIÓN PRIMARIA, pero, también, las relaciones estructurales del tejido conectivo, fascial y visceral del cuerpo humano.

Todas estas relaciones expresan el aliento de la vida en un movimiento, llamado: MOVIMIENTO CRANEOSACRAL.

El concepto de Sutherland es que el Aliento de la Vida impregna el líquido cefalorraquídeo que lleva potencia sanadora o potencia biodinámica a todo el cuerpo en una pulsación rítmica – EL IMPULSO DE RESPIRACIÓN PRIMARIA – y el cuerpo expresa este impulso como MOVIMIENTO CRANEOSACRAL.

De aquí se desprende que, dónde este movimiento esté limitado por restricciones o resistencias en los tejidos, la potencia sanadora disminuirá, posibilitando la aparición de  la enfermedad.

Esta pulsación o impulso, como veremos luego, permite que el líquido cefalorraquídeo fluctúe en un ritmo de MAREA, que puede palparse.

Veamos ahora uno por uno estos cinco aspectos.

 

A)  LA FLUCTUACIÓN INHERENTE DEL LÍQUIDO CEFALORRAQUIDEO.

El Dr. Andrew Taylor Still, fundador de la Osteopatía, llamó al líquido cefalorraquídeo el elemento conocido más excelso del cuerpo humano. Anatómica y fisiológicamente, el líquido cefalorraquídeo:

  • Baña el cerebro y la médula espinal,
  • Actúa como un líquido amortiguador de golpes,
  • Tiene un papel de carácter inmunológico, similar al que realiza el fluido linfático y
  • Ayuda a mantener el equilibrio electrolítico y químico del sistema nervioso central.

El terapeuta se da cuenta de que el líquido cefalorraquídeo tiene otra cualidad vital: la de parecer que fluctúa en una moción de marea, movido por una fuerza que se encuentra dentro de sí mismo, una fuerza que, desde el punto de vista de Sutherland, es generada por el ALIENTO DE LA VIDA.

El Dr. Sutherland consideraba que la fluctuación del líquido cefalorraquídeo es la primera y más fundamental característica del sistema respiratorio primario. El concepto de Sutherland es que la causa de esta fluctuación no está en las estructuras que rodean a la membrana duramadre sino en que se impregna de la energía del Aliento de la Vida en el que todo y todos estamos inmersos. Su explicación para esto era que el líquido cefalorraquídeo y otros fluidos corporales se impregnan del aliento de la vida para poder esparcir la “fuerza de vida” que contiene, por todo el cuerpo. El concibió el aliento de la vida como una expresión de una inteligencia superior que proporcionaba al cuerpo humano un principio de ordenación básica e integradora. Este concepto puede compararse al papel del Ki o Qi, en la medicina oriental, o el prana, en la medicina ayurvédica.

La fluctuación longitudinal del líquido (“la marea del líquido”) dentro del sistema de membranas que envuelve el S.N.C., es un movimiento de marea, no una corriente o una ola, que fluye hacia arriba y hacia abajo por el tubo o saco dural.

B)  LA MOTILIDAD INHERENTE DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL (S.N.C.): El movimiento que surge propiamente del CEREBRO y de la MEDULA ESPINAL.

En primer lugar hay que diferenciar el concepto de motilidad del de movilidad, el primero es un movimiento inherente que del interior de las estructuras tisulares y/o orgánicas, incluso de las mismas células,  como si se tratara de una respiración. El segundo por si mismo implica  un desplazamiento en relación a un objeto externo de referencia.

El sistema nervioso central, básicamente el cerebro y la médula espinal, es evidentemente una parte clave del SISTEMA DE RESPIRACIÓN PRIMARIA y, como sistema organizador del cuerpo, es el núcleo. Se considera que el sistema nervioso central expresa el impulso de respiración primaria de dos formas:

a) A nivel celular: se puede observar que las células del sistema nervioso central pulsan de una manera rítmica, similar en velocidad a la del impulso de respiración primaria.

b) A nivel de tejidos: el cerebro y la médula espinal expresan el impulso de respiración primaria enroscándose y desenroscándose alrededor de un eje embriológico, la lámina terminal, que forma la pared anterior del tercer ventrículo.

Este movimiento puede visualizarse como si el cerebro se enroscase hacia adelante, en un movimiento similar al del cuerno de un carnero, a la misma vez que estrecha la distancia de adelante hacia atrás y se ensancha lateralmente. Simultáneamente, la médula espinal sigue este movimiento hacia arriba, mientras se endereza y se alarga. Así se describe el movimiento en la fase de inhalación, que es cuando el líquido cefelorraquídeo, dentro del sistema de membranas,  fluctúa en un movimiento de marea hacia la cabeza.

En la fase de exhalación, cuando el líquido cefalorraquídeo se mueve hacia los pies, el cerebro se desenrosca y se estrecha lateralmente, mientras la médula pronuncia sus curvas y se acorta.

Este ritmo de alargamiento y acortamiento del SISTEMA NERVIOSO CENTRAL puede palparse, proporcionando otra importante fuente de información para el terapeuta.

C)   EL SISTEMA DE MEMBRANAS DE TENSIÓN RECIPROCA: las membranas que contienen el líquido cefalorraquídeo.

Para comprender el concepto de SISTEMA DE MEMBRANAS DE TENSIÓN RECÍPROCA, resulta útil estudiar primero la anatomía de la duramadre que rodea el cerebro y forma:

  • La hoz del cerebro
  • La hoz del cerebelo
  • La tienda del cerebelo y
  • El tubo o saco dural que contiene la médula espinal.

El sistema de membranas o meninges está formado por la duramadre, la  aracnoides y la piamadre, constituyéndose en capas membranosas de exterior a interior.

Las membranas que encierran el líquido cefalorraquídeo también expresan el IMPULSO DE RESPIRACIÓN PRIMARIA como un movimiento. En la fase de inhalación, la hoz del cerebro se mueve hacia adelante, hacia su anclaje en la crista galli del hueso etmoides y se enrosca formando un arco, de modo que su anclaje inferior a la crista galli se mueve hacia atrás. La tienda del cerebelo se mueve hacia adelante y se aplana. La hoz del cerebelo se mueve hacía arriba, al igual que el saco dural, y la columna se alarga, disminuyendo su curvatura.

Estos movimientos de la membrana tienen su eje de rotación alrededor de un punto en el seno recto. Este punto se mueve hacia adelante y hacia atrás a lo largo del seno recto en un ciclo que corresponde al ritmo del IMPULSO DE RESPIRACIÓN PRIMARIA.

El fulcro o punto en torno al cual se mueve el sistema de membranas  en el seno recto se ha llamado “EL FULCRO DE SUTHERLAND”.

Más adelante, veremos cómo el movimiento asincrónico que pueda encontrarse en el seno recto nos da una información terapéutica muy útil.

 

D)  LA MOVILIDAD DE LAS SUTURAS CRANEALES.

Ya hemos mencionado el significativo descubrimiento de Sutherland, en conflicto directo con las enseñanzas de la medicina occidental tradicional de su época, de que es posible que los huesos craneales se muevan a lo largo de toda la vida y que las suturas no están normalmente fusionadas. En realidad, hay nervios y vasos sanguíneos en las suturas y, en algunos estudios anatómicos orientales, siempre se ha enseñado que las suturas craneales permiten el movimiento de los huesos craneales.

Al moverse el sistema nervioso central y las membranas, respondiendo al IMPULSO DE RESPIRACIÓN PRIMARIA, se desprende que los huesos craneales que descansan sobre el “globo” de la membrana duramadre también se mueven. Los huesos craneales expresan al IMPULSO DE RESPIRACIÓN PRIMARIA como movimiento craneosacral de maneras bastante específicas que serán ampliamente exploradas durante el curso. Por ahora, será suficiente con mencionar la relación anatómica entre dos huesos craneales que son la clave de las enseñanzas de Sutherland, es decir, el esfenoides y el occipital.

Sutherland consideraba el esfenoides como el engranaje principal del movimiento craneosacral y la articulación entre el esfenoides y el occipital (la articulación o sincondrosis esfenobasilar o esfenoccipital) como el punto de equilibrio o fulcro de todos los movimientos óseos del cráneo y el cuerpo, como un todo.

Los huesos mediales del cráneo y del cuerpo rotan alrededor de un eje transversal en movimientos llamados de flexión y extensión.

En esta etapa de nuestro trabajo de clase, será suficiente con darse cuenta de que el movimiento óseo del cráneo, en la fase de inhalación, se acorta de delante hacia atrás y se ensancha de lado a lado y que, en la exhalación, sucede lo contrario.

La fase de inhalación, cuando la fluctuación de marea del líquido cefalorraquídeo se mueve hacia la cabeza, corresponde a la fase de flexión de los huesos mediales craneales.

La fase de exhalación, cuando la fluctuación de marea del líquido cefalorraquídeo se mueve hacia los pies, corresponde a la fase de extensión del movimiento de los huesos craneales.

Los huesos pares, los temporales, por ejemplo, y las estructuras corporales fuera de la línea media rotan hacia afuera en la fase de flexión y se llama rotación externa.

En la fase de extensión, rotan hacia adentro y se llama rotación interna.

Habrá bastante tiempo para familiarizarse con estos términos. Ahora, simplemente, los nombramos, a modo de explicación.

E) EL MOVIMIENTO INVOLUNTARIO DEL SACRO ENTRE LOS ILÍACOS.

La palabra “involuntario” la utilizamos para diferenciarlo del movimiento  craneosacral creado por el IMPULSO DE RESPIRACIÓN PRIMARIA y del movimiento normal relacionado con la movilidad postural del sacro.

El sacro forma parte del MECANISMO DE RESPIRACIÓN PRIMARIA porque está firmemente anclado al sistema de la membrana duramadre.

Si lo constatas con tus libros de anatomía, verás que el tubo o saco dural es una continuación de la duramadre que rodea el cerebro. Tiene un anclaje firme en el agujero occipital y luego otros más sueltos dentro de la columna vertebral a la altura de C2 y C3, continuando hacia abajo por el canal vertebral para anclarse firmemente en S2, el segundo segmento sacro. Este anclaje en S2 es el eje de rotación del movimiento craneosacral del sacro.

De modo que esta ha sido una ligera delineación de los cinco aspectos del MECANISMO DE RESPIRACIÓN PRIMARIA, que serán explicados detalladamente a lo largo del curso.